Conócete, descubre la pasión que te habita y encuentra un propósito, que te haga feliz realizar
Lic. Solange Farías Gómez
Escribo este articulo en relación al artículo “La Trampa de la Pasión”, de Santiago Bilinkis, http://www.lanacion.com.ar/2139000 Publicado en la Revista La Nación del domingo 3/6/2018.
“Tenés que encontrar lo que te apasiona en la vida y construir tu futuro alrededor de esa pasión».
Así comienza a describir el autor un derrotero desde su adolescencia en busca de aquello que lo apasionara, pese a los desafíos a enfrentar como las rutinas y el cansancio.
“Cuando unos años después fundé mi primer emprendimiento, creí haber encontrado mi pasión y comencé con un entusiasmo enorme. Y a pocas semanas de lanzar mi proyecto me sentí abrumado por la enorme cantidad de tareas pesadas y rutinarias que debía llevar a cabo cada día. Frecuentemente pensaba: «¿Dónde diablos está la pasión en todo esto?». Después de mucho esfuerzo por encontrarla concluí que no había absolutamente nada de apasionante en lo que estaba haciendo.”
¿Donde esta la pasión en todo esto ?
Se preguntaba Bilinkis y seguramente muchos otros y es un error muy común creer que la pasión hay que encontrarla como si estuviera fuera de nosotros o de nuestro control, muchos piensan que la van a hallar en algo o con alguien, que los apasionara sin cansancio, como si el encendido de nuestro propio Ser pudiera estar en manos de otros o de las circunstancias.
Creo que tuve la suerte y/o la precoz conciencia de descubrir en mi infancia algunas cosas que me gusta hacer incansablemente, y que van de la mano de mi curiosidad, creatividad, voluntad, etc… hoy puedo decir que esos rasgos conforman varias de mis pasiones y que si esas pasiones no hubieran hallado su cauce en mi profesión con el propósito de ayudar a otros, no sería quien soy, y así es como todo conecta en nuestras vidas, y cuanto antes lo descubrimos mejor resulta el camino a emprender.
Desde mi punto de vista y experiencia profesional las vocaciones nacen y se despiertan al conjugar nuestra pasión, eso que nos da gusto hacer incansablemente con nuestro mejor saber hacer, sumado a los conocimientos que adquirimos sobre eso mismo que nos gusta tanto y hacemos mejor. A veces las vocaciones se descubren temprana e intuitivamente otras veces necesitan ser develadas con ayuda profesional, de un modo u otro todos poseemos pasión, vocación, propósito y misión de vida.
Luego Bilinkis concluye:
“La idea de que la pasión debiera funcionar como guía de nuestros actos está muy arraigada y por eso me tomó bastante tiempo darme cuenta de lo que estaba pasando. Finalmente concluí que aquella idea de hacer lo que te apasiona no era más que una trampa.
Por un lado, la pasión es esencialmente emocional. Como un romance adolescente de verano, por su propia intensidad, es efímera e insostenible. Una base demasiado endeble y cambiante sobre la cual construir un proyecto de vida.
… En definitiva, entendí que lo que había movido a Edison a hacer semejante esfuerzo era algo mucho más noble y profundo que la pasión: el tener un propósito. El propósito tiene también un elemento emocional clave, pero se apoya sobre un basamento racional mucho más sólido. Es mucho más estable y difícilmente cambie demasiado a lo largo de una vida.”
Acuerdo con la opinión de Bilinkis respecto de la importancia de tener propósitos, a la par observo a diario que las pasiones no son endebles, ni cambiantes y que es finalmente sobre ellas que construimos y proyectamos nuestras vidas, como en aquella frase de la película El Secreto de sus Ojos:
“Una pasión es una pasión… El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión.”
Nuestra pasión claramente no es al modo de la de Cristo y no es el propósito de nuestras vidas y aun el propósito de nuestras vidas puede pasar por momentos inestables en su evolución, porque para bien y para mal, no hay nada desprovisto de emociones.
Podría decirse que la pasión es el motor de nuestros propósitos y proyectos de vida, nuestra pasión es la que los alimenta, es lo necesario para que sigamos en pie pese a las fatigas, la pasión no se encuentra en eso que hacemos sino en nosotros mismos y en cómo lo hacemos.
A veces la pasión es el conocimiento, el progreso, el descubrimiento, que dan nacimiento a un Einstein o a un Freud; a veces la pasión es la compasión de donde surge una Madre Teresa de Calcuta, para otros la pasión es hacer dinero y para eso emprenden, otras veces la pasión anida en la escritura como en Cortázar y tantos otros con tantas otras pasiones transformadas en propósitos y proyectos de vida. Las pasiones también están vinculadas a algunas emociones dominantes que puestas al servicio de las buenas razones dan mejores resultados.
Por lo menos para mí, vale lo dicho en esa frase de película, podemos cambiar muchas cosas en nuestras vidas, pero nacemos y morimos con nuestras pasiones, tan solo se trata de descubrirlas y ponerlas al servicio de nuestros propósitos.
Retomando el artículo de Biilinkis:
”Retomando la metáfora de pareja, los matrimonios que perduran no son aquellos que se sostienen del romance sino los que, en pos de un proyecto familiar, pueden lidiar con las dificultades, las frustraciones, la rutina, sin perder por eso el entusiasmo y el compromiso conjunto”.
Digo por mi experiencia profesional y de vida, que para sostener… y lidiar… con lo que sea sin perder el entusiasmo, es necesario tener mucha pasión, mucho romance en el sentido de estar muy enamorados, aunque sea de la idea , del propósito de sostener una relación y/o un proyecto de familia. En definitiva, la tracción de nuestros propósitos es a sangre, más que a fuerza de buenas razones, ya que por buenas razones son muchos mas los que deciden dejar de sostener que los que sostienen.
Por todo lo expresado se me ocurrió la frase con la que encabezo este articulo:
Conócete, descubre la pasión que te habita y encuentra un propósito, que te haga feliz realizar. Que te lleve a realizarte, a sentirte feliz con tus logros, a sentir que tu pasión y tu propósito tienen su misión en esta vida, para con vos mismo y para con los otros.
Lic. SOLANGE FARÍAS GÓMEZ
PsicoBioNeuroCoach